Cómo y cuándo invertir en tiempos de crisis
Algunas indicaciones o propuestas de inversión considerando la situación actual de crisis e incertidumbre y que tienen como propósito ofrecer determinadas opciones que, a priori, ofrecen unas perspectivas razonablemente favorables y que asimismo combinan criterios de prudencia y diversificación.
I. Entorno General Económico
La situación económica y financiera actual cabe describirla con el término de incertidumbre. La salida de la crisis se intuye, al menos para Europa, más larga de lo que sería deseable. Los gobiernos están cambiando sus prioridades en materia de política económica, actuando principalmente en la reducción de los déficits presupuestarios y atajar así el crecimiento insostenible de la deuda pública, ya que consideran que resulta el factor esencial para, junto con las denominadas reformas estructurales, sentar las bases para una recuperación más sólida.
Sin embargo, la consolidación presupuestaria puede suponer que a corto plazo un retraimiento del consumo y la inversión, dificultando por ello la senda de la recuperación.
Por su parte, los mercados financieros están exigiendo a los gobiernos la adopción de medidas decididas de reducción del gasto público y estamos asistiendo a una ampliación de la volatilidad y una reducción de las cotizaciones y valoraciones en los principales activos financieros.
La inversión en tales condiciones resulta difícil, ya que no se atisba a corto plazo una estabilidad del cuadro macroeconómico general. Si a ello añadimos la debilidad del sistema financiero, así como las dudas en determinados países periféricos de la zona euro, todo ello coadyuva a que el inversor medio tenga una gran desconfianza a la hora de plantear su inversión.
No obstante lo anterior, y si se plantea un horizonte temporal de inversión de medio y largo plazo, existen buenas oportunidades de inversión, ya que la presente crisis se superará. No obstante, ello será más rápido en unas zonas geográficas y sectores económicos que en otros.
Seguidamente se ofrecen unas orientaciones, basadas en diversos indicadores existentes, así como en el juicio personal del autor, sobre determinadas opciones que ofrecen un perfil interesante en un horizonte de inversión a medio y largo plazo, considerando asimismo las incertidumbres actualmente existentes.
II. Algunas indicaciones de inversión
A continuación se enumeran de forma sucinta diversas indicaciones o propuestas de inversión considerando la situación actual de crisis e incertidumbre y que tienen como propósito ofrecer determinadas opciones que, a priori, ofrecen unas perspectivas razonablemente favorables y que asimismo combinan criterios de prudencia y diversificación.
1. Seleccionar valores sólidos resistentes a la crisis y con interesante rentabilidad por dividendo
En tiempos de crisis, resulta una de las recomendaciones más extendida. El inversor debe seleccionar o solicitar asesoramiento sobre aquellas empresas que se encuentren en sectores que resistan mejor la crisis y que tengan buenas perspectivas futuras. Tales empresas deben ser sólidas financieramente (factor esencial a considerar en el futuro próximo), ser líderes en su sector y ofrecer una buena rentabilidad por dividendo. Existen empresas con estas características y puede resultar adecuado, en estos momentos de disminución en el precio de las cotizaciones, efectuar una inversión a medio y largo plazo en tales valores con perspectivas de revalorización futura, a la vez que obtener una aceptable rentabilidad por dividendo (superior actualmente a la deuda pública).
2.- Apostar por sectores de futuro
Asimismo, tendría sentido dedicar una parte de la cartera de inversión en valores a aquellas empresas y sectores vinculados a las tecnologías. El universo de las nuevas tecnologías ha pasado de ser una promesa a una realidad claramente visible en nuestra vida personal y, por ello, resulta recomendable plantear invertir en empresas reconocidas y punteras en tales sectores que muy posiblemente tendrán crecimientos importantes en sus niveles de ingresos y beneficios. También puede pensarse en seleccionar un número reducido de empresas ligadas a la biotecnología, ya que será un sector que tendrá un crecimiento sostenido en los próximos años. De nuevo, es preciso efectuar una selección de empresas con una base sólida y con proyección. En caso de no tener el conocimiento suficiente, es recomendable acudir a la opinión de especialistas independientes o articular la inversión a través de fórmulas de inversión colectiva gestionados por expertos con experiencia contrastada.
3.- Países emergentes
Resulta obvio que el crecimiento en los próximos años se trasladará a los países emergentes y éstos a su vez tendrán varios niveles; por un lado China, India y los países asiáticos continuarán con tasas de crecimiento elevadas, pero también determinados países en Latinoamérica y, asimismo, África. Estos países se encuentran en una senda muy positiva de crecimiento y, por el momento, están al margen de los problemas que acechan a las economías más desarrolladas. Por ello, parecería oportuno destinar una porción de la cartera de inversión financiera a invertir en estas áreas geográficas, todo ello de acuerdo con criterios de diversificación del riesgo. Dada la dificultad de contar con la información disponible, la mejor recomendación sería invertir a través de Fondos de Inversión gestionados por gestoras internacionales con experiencia en mercados emergentes.
4.- Diversificación en la moneda de inversión
Cabría plantearse asimismo tener una cierta diversificación no solamente en mercados y áreas geográficas, sino en la moneda de la inversión. En este sentido, la reciente depreciación acelerada del euro plantea la conveniencia de diversificar una parte de la cartera en otras divisas fuertes. Si nos atenemos a los comentarios de los expertos, parece que la evolución futura del dólar sería apreciarse en relación con el euro, por lo que pudiera resultar útil analizar invertir en activos denominados en dólares, siempre en el marco de una estrategia de inversión previamente determinada.
5.- Inversión en Renta fija
La renta fija ha tenido tradicionalmente el carácter de valor refugio frente a la renta variable. Sin embargo, la volatilidad de los mercados, así como la reciente incertidumbre sobre la deuda soberana de determinados países, hace que resulte cada vez más complejo seleccionar una cartera adecuada al perfil de riesgo del inversor. Por ello, cabría efectuar las siguientes recomendaciones al objeto de adaptar la composición de la cartera de inversión en renta fija a la situación concreta del inversor:
- Si se desea la máxima seguridad a cambio de renunciar a una parte de la rentabilidad potencial, resultaría aconsejable invertir en deuda pública de aquellos países más sólidos y sobre los que no exista ninguna duda sobre su evolución macroeconómica futura (por ejemplo, Alemania).
- Por el contrario, si se aspira a un mayor nivel de rentabilidad asumiendo algo más de riesgo, pero tratando de minimizar determinados riesgos, lo conveniente sería suscribir valores de renta fija emitidos por empresas de máxima solvencia con la mayor calificación crediticia posible. Existen empresas que emiten en los mercados de renta fija cuya rentabilidad resulta interesante (superior a la deuda pública) y cuyo riesgo de recuperación de la inversión es ciertamente mínimo.
- En el supuesto que al inversor le resulte muy difícil efectuar el análisis descrito anteriormente (selección de una cartera específica), será factible instrumentar la inversión a través de la inversión colectiva (fondos de inversión). En este caso, no obstante resulta muy aconsejable analizar la información relativa a la composición de específica de los valores invertidos, política del fondo, historial de rentabilidad, etc., todo ello con el objetivo de conocer en detalle las particularidades del vehículo de inversión seleccionado.
6.- Inversión en materias primas
Se trata de un tipo de inversión en la que se debe actuar con prudencia y probablemente aconsejado por expertos, si bien existe consenso sobre la previsible evolución al alza del precio de un buen número de materias primas, dado el incremento de la demanda global y, en particular, la procedente de los países emergentes con altas tasas previstas de crecimiento económico.
Dentro de las materias primas, numerosos expertos recomiendan invertir a corto plazo en oro, ya que destacan una posible revalorización al tener el carácter de inversión refugio en momentos de inestabilidad de los mercados financieros. En todo caso, si se opta por invertir en esta modalidad, debería establecerse unos rangos de entrada y salida (incluso estableciendo un “stop loss”), debiéndose cumplir escrupulosamente para evitar pérdidas significativas en el caso de cambios súbitos en la evolución del precio.
En este ámbito resulta recomendable articular la inversión de forma diversificada y el vehículo más apto para ello serían los fondos especializados que aportan el valor añadido de la selección efectuada por gestores profesionales.
7.- Inversión inmobiliaria
Es probablemente la modalidad de inversión más delicada en estos momentos y, en particular, en lo que respecta a España, toda vez que la mayoría de los expertos señalan que el ajuste en precio no se habría completado en su totalidad. Por ello, si bien en un principio resultaría desaconsejable invertir en el mercado inmobiliario español, no obstante se pueden plantear inversiones específicas, pero siempre que concurriera alguna de las siguientes situaciones:
- Existencia de nuevas oportunidades de inversión a un precio de entrada muy favorable (tras un ajuste de precio significativo) que permita intuir una revalorización futura aun en un escenario actual de estancamiento del mercado inmobiliario. En todo caso, la inversión debería acometerse tras un estudio pormenorizado de la ubicación, calidades del inmueble, proyección futura, etc.
- Alternativamente, cabría invertir en inmuebles que otorgaran una rentabilidad interesante a largo plazo con contratos garantizados y arrendatarios de solvencia reconocida. Actualmente, existen oportunidades de inversión en locales de negocio que ofrecen rentabilidades a largo plazo garantizadas entre un 6 o un 8%.
- Cabría por último plantearse la posibilidad de invertir en inmuebles radicados en el exterior en mercados con perspectivas favorables, pero siempre asesorados por expertos que seleccionen inmuebles con las características apropiadas del inversor.
En todo caso, y de plantearse una inversión inmobiliaria localizada en España debería actuarse por el momento con mucha prudencia y únicamente tras la debida valoración en detalle de la operación al objeto de evaluar adecuadamente los riesgos inherentes, dada la situación compleja en la que está inmerso el mercado inmobiliario español.
8. Depósitos bancarios
Dentro del conjunto de inversiones, los depósitos bancarios van a configurarse como una opción interesante para el inversor, dado el escenario previsible de incremento de las retribuciones ante la necesidad de captación de fondos que requerirán las entidades financieras. En la actualidad, resulta factible obtener ofertas en el mercado español en el entorno del 4% y no resulta descartable que dicha retribución se incremente en el futuro próximo.
No obstante, deben tenerse en cuenta diversas consideraciones, tales como (i) plazo del depósito; (ii) posibles penalizaciones en caso de reembolso anticipado y (iii) debe considerarse asimismo eventuales situaciones de riesgo de la entidad oferente del depósito. Esta última cuestión, totalmente descartable en el pasado, debe considerarse en el futuro en función de los riesgos que puedan materializarse.
En los próximos años, la selección de inversiones por parte de los ahorradores requerirá un análisis más riguroso, dada la actual situación de incertidumbre. En todo caso, una diversificación adecuada entre activos y áreas geográficas será una condición imprescindible para una correcta planificación.
ANTONIO VALDIVIA MARTÍN. Abogado y Economista. Garrigues Abogados y Asesores Tributarios.
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