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Una reflexión para el director o socios de una firma profesional

Lo cierto es que llevar adelante una asesoría fiscal, un estudio de ingeniería o un consultorio medico, y sobretodo si se quiere hacer bien, cada vez es más complicado. Y en este sentido, su director o titular no lo tiene nada fácil. Son muchas las cosas que se le piden para que todo pueda funcionar a la perfección.

Superadas ya las cartas de los Reyes Magos, y más teniendo en cuenta que estamos inmersos en una época de crisis y que no todas las personas la asimilan igual, desde aquí nos planteamos unas reflexiones que periódicamente un director o socios de una firma se deberían formular: ¿Por qué las personas mas valiosas de mi firma están conmigo? ó ¿Mi equipo o mis directores de área que esperan de mi?. Como podrán constatar, algunas de las razones son de sentido común, pero entendemos que son claves y que no siempre están presentes en la mente de los socios o lideres de un despacho.

Algunas de las razones podrían ser las siguientes:

Tener un proyecto compartido con el equipo

En primer lugar, ha de creer en el proyecto. ¿Grande? ¿Pequeño? Esto es lo de menos. Pero ha de tenerlo y ha de apostar por él. Este proyecto debe estar construido y participado por todos. Es el mapa de ruta de todos para verificar como vamos hacia la consecución de nuestro proyecto empresarial y humano como despacho. La visión de uno es la visión de todos. Más que nunca, el ser humano necesita tener mapas de hacia dónde va y si estos son confusos debemos formar y gestionar la incertidumbre y la ambigüedad. La cadena de mandos intermedios del despacho será fundamental como cadena de transmisión del proyecto. Deben comportarse como auténticos líderes.

Voluntad de invertir...

En segundo lugar, y muy importante, tiene que invertir. Sobretodo en nuevas tecnologías, recursos humanos, acciones comerciales y en el crecimiento. Tener una firma profesional es como tener una casa: hay que introducir mejoras constantemente, pues de lo contrario la organización puede llegar a quedar obsoleta. ¿Invertir en tiempos de crisis? Más que nunca, siendo prudentes en endeudarse. Pero hay que invertir.

Hacer participe a todo tu equipo, proporcionar información...

En tercer lugar, hay que hacer partícipe a la gente de la propia organización. Se han de sentir implicados en el proyecto y han de saber que en todo momento se cuenta con su opinión. De poco sirve que el director o titular de la asesoría se sienta muy entusiasmado si el resto de la organización no se encuentra en la misma línea. El equipo humano ha de entender lo que se quiere hacer y trabajar en este sentido. De todos modos, el titular del despacho juega un papel primordial para que así sea.

Ser coherente y dar ejemplo...

En cuarto lugar ha de ser coherente. De muy poco sirve decir una cosa para después hacer justamente lo contrario. Aquel dicho de que “el movimiento se demuestra andando” es del todo cierto. Y no hay nada peor y más frustrante para una organización que las incoherencias de su cabeza más visible.

Transmitir respeto e ilusión...

Aunque resulte un poco superfluo decirlo, el titular de un despacho ha de ser respetuoso con las personas y transmitirles ilusión. Y muy especialmente con los suyos, con su equipo. Ha de hacerles ver que para él ellos son los mejores, pues de lo contrario lo que debe hacer es cambiarlos. Él ha sido quien los ha escogido y por tanto ha de ser coherente con esta elección. El respeto humano, el optimismo y la ilusión son fundamentales para que una organización funcione como un equipo y consiga resultados, es la clave y la garantía de éxito.

Cumplir con los compromisos y pactos...

Y para terminar, el titular de un despacho profesional ha de cumplir con los compromisos y pactos. Tanto los agentes externos que se relacionan con el despacho, como los miembros del mismo han de saber que el titular del despacho es una persona comprometida con sus pactos y con su gente. Precisamente esto puede llegar a ser su mejor crédito y garantía de futuro.

A modo de ejercicio mental, estaría bien que todos nos hiciésemos un check-list con estas preguntas. ¿Obtendríamos una buena nota?