Xavier Adsarà i Grau Director de la ONG “Nuestros pequeños Hermanos (NPH)” en España
¿Cree usted que existe suficiente conciencia social por parte de las empresas y los profesionales? ¿Son corresponsables socialmente?
Las empresas han dado efectivamente un giro espectacular en sus políticas de responsabilidad social corporativa, aunque todavía queda mucho por hacer. Se han dado cuenta que involucrando a todo su personal en políticas de RSC, sus empleados se sienten más identificados con los valores de la propia empresa donde lleva años trabajando, se siente más feliz y en definitiva más comprometido en su día a día. Esto genera un valor añadido a la empresa y al trabajador no cuantificable económicamente pero sí en términos de productividad, confianza, etc.
¿En qué consiste la corresponsabilidad social de una empresa?
En darse cuenta que los problemas que existen en el mundo no son responsabilidad exclusiva de los gobiernos. Nosotros somos corresponsables del bienestar social que todos queremos para nuestra sociedad.
¿Qué puede hacer una empresa para serlo?
En primer lugar, sus dirigentes deben estar convencidos de los beneficios y el valor añadido que genera para la propia empresa. Creerlo de verdad, incluso más allá de este propio valor añadido que genere para la propia empresa, que también. Y finalmente, ponerse en contacto con una ONGD seria y responsable y pensar, juntos, en la mejor forma de implementar la RSC en el día a día de la empresa y sus empleados.
¿Cómo puede compaginarse la crisis que estamos viviendo con el deseo de ser corresponsable socialmente?
Cada uno, en función de sus posibilidades debe aportar algo al bienestar social común, en todo momento. La responsabilidad social corporativa la debemos vivir como una forma de ver y vivir la vida no como algo que simplemente nos aporta prestigio, nos desgrava o aumenta nuestra imagen al exterior. Todavía nos falta mucha conciencia a este nivel para avanzar en el verdadero sentido de la solidaridad. De hecho, esta palabra, debería integrar nuestra propia vida diaria.
¿Han bajado mucho las aportaciones en un momento como el actual?
Indudablemente las aportaciones han bajado considerablemente, tanto por parte de la empresa como a nivel del donante particular. Sin embargo, la experiencia nos dice que la empresa o persona individual que vive la solidaridad realmente en su día a día y lo tiene incorporado en su forma de vida, nunca deja de ser solidario, haya crisis o no.
¿Qué ocurre si al mismo tiempo son mayores las demandas sociales, debido a las condiciones lamentables en las que está viviendo una parte importante de la población?
Si las demandas sociales son mayores, tenemos la obligación moral de continuar contribuyendo entre todos a la mejora del bienestar social común. No podemos delegar esta responsabilidad únicamente en el gobierno, a pesar de que son los dirigentes políticos los que pueden y deben hacer más en este sentido. Las ONGD’s acompañamos al gobierno en la mejora del bienestar social pero su responsabilidad es máxima. La sociedad debería aumentar la presión política sobre los gobiernos para que estos hagan más en este sentido, sin delegar totalmente en ellos. Las estructures gubernamentales son algo pesadas, rígidas y lentas en su forma de actuar, y no pueden permanecer tan “cerca” de la realidad. Aquí es precisamente donde las ONGD’s tenemos un lugar principal de actuación por estar más próximos a las injusticias sociales, y tener una capacidad de respuesta más inmediata, rápida y eficaz. Repito, siempre acompañando las acciones de cada gobierno.
¿Cuentan con alguna ayuda por parte del Estado?
Contamos con ayudas del gobierno a través de las convocatorias públicas que emite la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID) anualmente. También contamos con apoyos puntuales procedentes de convocatorias públicas de Ayuntamientos para la Cooperación al Desarrollo, aunque todas estas ayudas se han recortado considerablemente en tiempos de crisis y no podemos depender exclusivamente en este tipo de colaboraciones. Las ONGD’s necesitan independencia política y económica para actuar eficazmente sobre las injustas realidades sociales que vivimos diariamente desde las ONGD’s.
Además de la satisfacción de contribuir al bienestar ¿tienen algún retorno las empresas por el hecho de ser responsables socialmente? (a nivel tributario, imagen, etc.)
Como Fundación, estamos acogidos a la Ley de mecenazgo 49/2002 de Fundaciones por la que las empresas pueden desgravar el 35% de sus aportaciones, mientras que a título individual, las desgravaciones son del 25%. A este factor, debemos añadir la mejora de imagen que comunica la empresa al exterior, la satisfacción de sus empleados y clientes, que ven como sus dirigentes son socialmente responsables, la identificación del personal con los valores de la empresa, más allá de la productividad, que genera ese valor añadido adicional tan importante para el buen funcionamiento de la empresa. Tampoco debemos olvidarnos de la satisfacción personal que uno siente cuando es simplemente generoso con el que menos tiene. Los estudios psicosociales muestran como la gente que es más generosa y contribuye con el bienestar social de la comunidad, más allá de nuestro entorno más cercano (familia y amigos), es más feliz.
Un ejemplo, a principios de este año 2011 tuvimos la oportunidad de colaborar juntos por Haití, con unos laboratorios farmacéuticos, en un proyecto de RSC. Si uno pasea por los pasillos de esta empresa japonesa afincada en Barcelona, en seguida se da cuenta del inmejorable ambiente laboral que viven sus empleados y el equipo directivo. Le puedo asegurar que los valores compartidos son visibles desde que uno entra por la Puerta hasta que sale de ella. El programa de RSC que hemos desarrollado junto a ellos hasta el momento contribuye significativamente a aumentar el sentido de pertenencia de sus empleados y equipo directivo con los valores de OTSUKA.
Otro ejemplo, un bufete de abogados muy conocido de Madrid convoca anualmente un premio solidario de cara a navidad en la que se invita a todos sus empleados a presentar un proyecto social. Entre todos los presentados se procede a una votación. Un proyecto social resulta ganador. El premio consiste en una dotación económica resultante de la suma de las aportaciones económicas voluntarias de todos sus empleados y la empresa dobla siempre esa cantidad. Durante todo un año el Proyecto social ganador informa a los empleados de la empresa acerca de la evolución del proyecto.
Pero también existe el Teaming, programa a través del cual todos los empleados de una empresa aportan voluntariamente 1 € de su salario mensual a un proyecto social votado entre todos. La empresa en esta ocasión vuelve a doblar la cantidad recaudada. En fin, existen innumerables ejemplos de solidaridad en nuestras pequeñas, medianas y grandes empresas, pero, repito, todavía queda mucho por hacer.
Invitamos a todas las empresas y equipos directivos a valorar positivamente el incorporar un programa de RSC en el día a día de la empresa. Los beneficios son incalculables, tanto para los beneficiarios directos de la RSC (en nuestro caso los 3.500 niños acogidos en los hogares), como para la propia empresa. Os invitamos a todos a formar parte de ello.
C/Elisa nº 23, 08023 Barcelona
Tel: 93.434.20.29 / 639.153.153
info@nphspain.org / skype: fundacion.nph / www.nph.org
Para saber más sobre NPH
¿Cuándo fue fundado NPH? ¿Cuántas sucursales tiene y cómo se organiza?
NPH fue fundado en el año 1954 como respuesta a las profundas injusticias sociales y situación de desamparo que sufrían los niños HUÉRFANOS/ABANDONADOS en Latinoamérica.
Actualmente NPH cuenta con una plataforma de ayuda internacional constituida por sedes de NPH en Usa y Europa (Alemania, Francia, Italia, Holanda, Bélgica, España, Suiza, Austria). Estas sedes actúan conjuntamente apoyando el GLOBAL de programas de cooperación, asistenciales y de desarrollo que NPH desarrolla desde el año 1954 en 9 países en Latinoamérica que acogen hoy en día a un total de 3.500 niños y niñas de todas las edades. Los niños viven en enormes hogares donde conviven entre 250 y 816 niños juntos. Además, nuestros hogares están abiertos a la comunidad y en este último año 2010 asistimos a más de 1.000.000 de personas que padecen una situación de extrema pobreza.
La plataforma internacional busca financiamiento mientras que localmente se identifican las necesidades y surge la formulación de los proyectos concretos que más tarde se ejecutan.
¿Cuál es la razón de ser de NPH? ¿En qué frentes actúa?
Nosotros definimos a NPH como “un hogar para niños sin familia”. No nos consideramos una institución, pero sí un hogar familia para 3.500 niños huérfanos y/o abandonados que viven juntos. Así, por ejemplo, el rancho santa fé de Honduras acoge a 600 niños en un mismo hogar, el hogar Kay St. Helene en Haití a otros 450, el hogar en México a 816 niños y así sucesivamente hasta alcanzar los 3.500 niños distribuidos en 9 casas hogar. Los hogares son verdaderos “pueblecitos de niños”, viven en un ambiente de familia y consideran a NPH su hogar. Es difícil de entender desde la distancia pero muy fácil de sentir si uno tiene la suerte de visitarnos y pasar unos días con los niños.
Actuamos sobre situaciones muy dramáticas, niños huérfanos y/o abandonados, que viven en las calles, sin escolarización, sin comida, desnutridos, sin nadie que cuide de ellos. Los acogemos en hogares muy grandes donde viven con el resto de niños igual, compartiendo su pasado pero también su futuro. Les proporcionamos aquellos principios más básicos que todo niño necesita para vivir con dignidad: escolarización, atención médica, alimentación y sobre todo, el cariño que toda persona necesita sentir para desarrollarse afectivamente como ser humano. De nada sirve formar buenos profesionales si emocionalmente no son personas equilibradas. La “felicidad” de todos estos niños pasa por un cuidadoso equilibrio entre su vida profesional y afectiva, como cualesquiera de nosotros mismo.
¿De dónde recaudan fondos? ¿Qué acciones realizan para ello?
Los fondos se recaudan desde las sedes de NPH en el mundo, en forma de apadrinamientos, apoyos a proyectos concretos, programas de RSC desde las empresas, actividades o iniciativas solidarias como conciertos, mercadillos, etc.
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