Entrevistamos a D. Francisco Sarabia Nieto, Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga

Colectivos Profesionales

D. Francisco Sarabia Nieto

Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga

¿Nos podría hablar de su trayectoria profesional?

Terminé mis estudios universitarios en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, obteniendo el título de arquitecto en 1990. Me incorporé al Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga en 1991, ejerciendo como profesional libre desde entonces y desarrollando proyectos y obras de diferentes características y usos, pero en mayor medida en edificios residenciales, bien de carácter privado, como viviendas, o en la faceta de residencial público, como hoteles o residencias de personas mayores. Mi actividad profesional la centro sobre todo en la provincia de Málaga, pero también en Granada y Córdoba.

En 2007 me incorporo al grupo de trabajo Construcción Sostenible de AENOR en representación del COA de Málaga, y en 2009 soy designado vocal de la Junta de Gobierno de la institución colegial y nombrado vicedecano para desempeñar las tareas de formación y tecnología. En 2015, tras el correspondiente proceso electoral, soy elegido decano, cargo que conlleva la responsabilidad de miembro en el Pleno de Consejeros del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Arquitectos (CACOA). Desde enero de 2018 y hasta la actualidad desempeño también el cargo de tesorero del CACOA, puesto para el que he sido elegido por el Pleno de Consejeros.

¿Qué lo impulsó a presentarse a decano?

Después de varios años de profesión y de cierta participación en el Colegio, un compañero me pidió colaboración y me sometí a las urnas, resultando elegido como miembro de la Junta de Gobierno. Tras seis años de desempeño del cargo en tareas públicas, llegas a convencerte de la importancia de las instituciones para la evolución del colectivo y la defensa de la profesión. Una vez cubierta la etapa de vocal, tomé la decisión de completar como decano aquellos proyectos iniciados en mi etapa de vocal, para lo que conté con el apoyo de la mayoría de los compañeros.

Una cierta vocación de servicio público y la posibilidad de ayudar al compañero que lo pueda necesitar son, sin duda, los motivos por los que me encuentro embarcado en esta apasionante aventura de decidir y coordinar a un colectivo tan implicado con la sociedad.

¿Qué aporta el colegio a sus miembros?

En el mundo en que vivimos es impensable que un profesional pueda progresar y desarrollarse de manera individual. El asociacionismo, como fórmula para compartir experiencias y conocimiento, es la manera más evidente de aprovechar las sinergias del grupo al que perteneces. El Colegio toma recursos del colectivo para ponerlos a disposición de aquellos individuos que los necesitan. Parte de esos recursos se destinan a las necesidades individuales de sus miembros, pero también se usan para luchar por mejorar la profesión y defender al conjunto de sus profesionales.

Desde el Colegio se prestan servicios directamente al colegiado, se pone a su disposición un programa formativo que permite al arquitecto adaptarse a los avances tecnológicos. Prestamos asesoramiento jurídico y económico, además del técnico propio de nuestra formación para la competencia profesional. En el ámbito colectivo, el Colegio aporta a sus colegiados una representatividad ante las administraciones públicas y otros organismos con los que necesariamente debemos relacionarnos. Igualmente, los responsables colegiales tenemos como obligación la lucha por la profesión, incluso ante los tribunales de justicia.

¿Cómo defiende el Colegio a la profesión?

Principalmente, mejorando las condiciones de trabajo y desarrollo profesional de nuestros colegiados, así como sensibilizando a la ciudadanía de la importancia de nuestro colectivo en la sociedad actual. Esto se lleva acabo de diferentes maneras y usando los medios a nuestro alcance, y procuramos estar vigilantes sobre los procesos de contratación pública, tanto en puestos de trabajo como en los encargos públicos de servicios de arquitectura. Cuando vemos alguna anomalía, nos oponemos al proceso, lo recurrimos e incluso iniciamos las acciones legales que correspondan. Estamos alerta en los casos de intrusismo o en los de malas prácticas en el ejercicio profesional, tanto de arquitectos como de otros profesionales relacionados con el sector de la construcción. Participamos en debates públicos y aparecemos en medios de comunicación expresando nuestra opinión en temas de interés para la ciudad y en los que somos especialistas. Fomentamos la arquitectura mediante la organización y difusión de actividades culturales propias de nuestra profesión.

Son una profesión en constante reciclaje. ¿Cómo cubre el Colegio esa necesidad?

Todos los colegios de arquitectos de España tenemos programas formativos que permiten a nuestro colegiados mantenerse al día en aquellas novedades estéticas, tecnológicas o legislativas que lo requieran. La especialización que exige la profesión debemos conseguirla a través de la formación continua, hecho para el que solicitamos el apoyo de las administraciones. En este constante reciclaje participa el Colegio organizando actividades, pero también colaboran fabricantes y distribuidores de materiales y sistemas constructivos que, a través de nuestra institución, llegan a los colegiados para presentarles los últimos avances y descubrimientos en el sector. En este sentido, nuestra responsabilidad es actuar como catalizador entre la oferta y la demanda de conocimiento y negocio.

¿Cómo describe el actual panorama de los profesionales de la arquitectura?

Como sabemos, estamos atravesando una de las crisis más severas de los últimos lustros. Aunque hay indicios de recuperación de la actividad económica y de que el sector empieza a tener actividad, la realidad es que este cambio de tendencia se circunscribe a la macroeconomía, pero todavía le cuesta llegar al nivel inferior de los arquitectos que están constituidos como autónomos o profesionales libres. Los grandes estudios o empresas de arquitectura ven recuperación con encargos o trabajos de grandes operadores inmobiliarios que se mueven a nivel nacional. Sin embargo, los profesionales de nuestra área territorial no están disfrutando de esa mejoría del mercado que todos los indicadores nos anuncian. El arquitecto de a pie, el que encuentra trabajo en el ámbito local, con promotores de pequeño y mediano tamaño, todavía ve lejos la estabilidad laboral que todos deseamos.

El sector de los servicios de arquitectura se está transformando, y de la situación de finales del siglo XX, en la que primaba una mayoría de profesionales libres a título individual o asociados en número reducido, se está pasando a una nueva estructura de mercado en la que aparecen y destacan en número los grandes estudios de arquitectura con mucho personal a cargo y que acometen tanto trabajos grandes como medianos. El reto al que nos enfrentamos es saber adaptarnos a esta nueva situación del mercado.

¿Qué proyectos tiene el Colegio para 2019?

Es un año incierto, aunque apasionante; las incertidumbres nacionales e incluso internacionales en relación con la economía pueden hacer variar nuestras intenciones. Este 2019 va a ser un año electoral en nuestra institución, por lo que el proyecto más importante será el equipo resultante de esas elecciones. En cuanto al contenido de nuestras previsiones, hay que señalar que pretendemos modernizar nuestros procedimientos e implementar la sede electrónica, como lo están haciendo las administraciones públicas. Pretendemos consolidar nuestra estructura de personal vinculada a la prestación de servicios a nuestros colegiados y tenemos intención de continuar con nuestra participación activa en las instituciones de rango superior como el Consejo Andaluz y el Consejo Superior, además de participar en un proyecto de investigación europea relativo a eficiencia energética en consorcio con otros países de la Unión Europea. Asimismo, seguiremos organizando actividades culturales en relación con nuestra profesión, cuyo mejor exponente es la Semana de la Arquitectura, que tiene lugar la primer semana de octubre, con acciones dirigidas a la ciudadanía.